El Proyecto Coabey es un archivo digital dedicado a reunir, organizar y publicar todo tipo de material o documento producido por el amplio espectro de organizaciones políticas, movimientos sociales y espacios culturales surgidos en Puerto Rico en tiempos de la nueva lucha de independencia. Además de los cientos de documentos que hoy ponemos a disposición pública –pronto serán miles– trabajamos para, en un futuro, contar con una sección de testimonios, un podcast periódico y un proyecto editorial. Proyecto Coabey es una iniciativa de carácter independiente, en construcción continua, que se nutre del trabajo, aportes y donaciones voluntarias de su equipo coordinador y personas colaboradoras. Queremos ser un espacio accesible que contribuya a la conservación, reflexión y educación sobre la memoria de lucha del pasado reciente en Puerto Rico.
El concepto nueva lucha, ideado por César Andreu Iglesias en 1959 mientras se organizaba el Movimiento Pro Independencia (MPI), sintetizó las nuevas formas de pensar y de poner en práctica alternativas revolucionarias que revitalizaron al independentismo e izquierda en la década del sesenta. Fue también la expresión puertorriqueña de la llamada nueva izquierda, que surgía en el resto de América Latina y el Caribe a raíz de la Revolución Cubana ese mismo año, así como las guerras anti coloniales que se desarrollaban en África y Asia después de la Segunda guerra mundial. Igualmente impactó las formas de organización política entre las comunidades puertorriqueñas en Estados Unidos, donde se retroalimentó con las experiencias del movimiento de liberación negra en ese país.
Ni la fecha en que se lanza este Proyecto ni su nombre son casualidad. Un 30 de octubre de 1950 se desató en Puerto Rico una insurrección armada contra la dominación colonial de Estados Unidos. Del barrio Coabey partió el grupo que liderado por Blanca Canales, tomó el pueblo de Jayuya y proclamó la independencia ese día. También, en la cosmovisión de los habitantes originarios de Boriquén y de este lado del Caribe, el Coabey era el lugar al que iban los muertos, la tierra de los antepasados. Esperamos que abrir el Coabey sirva para levantar preguntas que nos ayuden a comprender mejor el presente, con miras a transformarlo.
Mediante el libre acceso a fuentes primarias, apostamos a la generación de conocimiento sobre la nueva lucha desde diversos enfoques y disciplinas, con perspectiva crítica, que ayude a llenar vacíos y combatir silencios. Buena parte de las investigaciones existentes sobre los actores sociales y políticos de la nueva lucha tratan principalmente de su relación con la represión desatada contra esta. Las “carpetas”, la persecución feroz, el exilio, la cárcel, las muertes impunes, la ilegalidad de esos métodos y de la propia situación colonial dominan la narrativa existente sobre la nueva lucha y la izquierda del periodo. Entendemos que esto se debe a varios factores, nos limitaremos a puntualizar en dos.
A diferencia de otros países en la región, no hemos atravesado tal cosa como una “transición” o “apertura democrática” que facilite una discusión más franca y abierta sobre los procesos de lucha de nuestro pasado reciente. La mayoría de las agencias coloniales y estadounidenses encargadas de la represión de la nueva lucha continúan activas y campeando por su respeto en Puerto Rico hoy. Pero eso ha sido solo parte del problema. Existe una tradición independentista tendiente a dar excesivo énfasis a los aspectos jurídicos de la situación colonial y a simplificar, desconocer o esconder sus debates internos.
Así, el descalabro y fragmentación organizativa del independentismo e izquierda se ha explicado más como resultado de la represión y operaciones enemigas, que como la consecuencia de prácticas políticas desacertadas, diferencias ideológicas mal manejadas, proyectos de clase conflictivos en su interior, o la incapacidad de atemperar teoría y práctica a las transformaciones económicas del país. Ocultas quedan las organizaciones y movimientos, los proyectos revolucionarios e intensos debates que perfilaron la nueva lucha en lo que constituyó la mayor impugnación a la dominación estadounidense en Puerto Rico durante el siglo XX. Oculto queda también el esfuerzo y sacrifico de miles que dedicaron sus vidas y sus mejores años para legarnos un Puerto Rico más justo y equitativo.
El resultado ha sido la difusión de un relato fragmentado y victimista, que, entre otras cosas, alimenta uno de los más viejos mitos de nuestra historiografía: Puerto Rico como país dócil, carente de resistencias organizadas contra el colonialismo y el capitalismo. Mito puesto en entredicho, una vez más, tan recientemente como en verano de 2019. Sin restar al valor e importancia que ha tenido y tendrá el estudio de los mecanismos de la represión, en Proyecto Coabey apostamos rescatar la experiencia militante, así como la apertura de nuevas líneas de investigación e interpretación sobre nuestro pasado reciente. Al iniciar esta labor, no estamos reinventando la rueda. Otras ya han andado este camino.
María de los Ángeles “Miñi” Seijo Bruno es una de nuestras grandes olvidadas. Historiadora, militante, maestra y madre, combinó su intensa actividad política dentro del MPI y del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) con el rescate de los testimonios de quienes tomaron las armas aquel 30 de octubre de 1950. Contra vacíos, silencios y con enormes sacrificios, Miñi Seijo laboró para que la lucha de su generación y las venideras conocieran su entronque.
El hecho de que el grueso de su obra se halle dispersa en la prensa y publicaciones de la época demuestra su sentido de urgencia y compromiso. Es testimonio de la conciencia que tuvo de la importancia de rescatar las experiencias del pasado para avanzar las luchas del presente. A un cuarto de siglo de su partida, le rendimos homenaje y reconocimiento como pionera del trabajo que emprendemos.
Claramente, no presumimos una imparcialidad falsa e imposible. Seremos claros: nuestra meta principal es que la apropiación crítica de las experiencias de la nueva lucha ayude a generar reflexiones y discusiones que aporten a la creación de alternativas revolucionarias para el Puerto Rico del siglo XXI. A la misma vez, entendemos que el compromiso político no está reñido con la seriedad y honestidad intelectual. Por ello nos distanciamos de interpretaciones heroicistas y mitificadoras, que al igual que los relatos victimistas, dificultan el entendimiento de procesos complejos en vez de ayudar a esclarecerlos. Finalmente, el Proyecto Coabey habrá cumplido uno de sus propósitos si aporta al intercambio de conocimiento y a la creación de comunidad en este campo de estudios.
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